Cómic: El patito feo.

martes, 4 de agosto de 2009 en 20:41
El cómic. Seguro que muchos cuando piensan en el cómic piensan en una forma de diversión para chavales o adolescentes retraídos, con problemas de autoestima y sobrepeso. El esterotipo que el mismo Matt Groening, un dibujante de tiras de prensa (una forma de cómic), nos ofrecía en la ya mítica serie "Los Simpsons" con Jeff Albertson, más conocido como " el personaje de la tienda de cómics". Es decir que el cómic es mundo, submundo más bien, de freaks.

Por esteretipos como este, el cómic, es un medio de expresión gráfica que genera bastante debate entre la mal llamada “alta cultura” por considerarlo, ya no “baja cultura” o “cultura popular”, sino "subcultura". Pero cuando uno lo conoce se da cuenta que se trata de un medio con tantos años como puede tener el mismo cine o incluso más. El cine que es un medio tan artístico y a la vez tan banal, o más, que el mismo cómic pero no discutido como arte. Veamos el origen del cómic, si es verdad que nació de la "mugre".

Pero primero quiero referirme a una serie de cuestiones etimológicas. Es decir al nombre que recibe esta forma de expresión artística.

Popularmente recibe el nombre de cómic, heredado del inglés y que podríamos decir que ya ha pasado a denominar de forma general todo este medio. Pero hay que decir que según los países adopta otros nombres igual de válidos o que sirven para identificarlo geográfica y formalmente en la mayoría de los casos. Así en Francia se le denomina BD o lo que es lo mismo bande dessinée (tiras dibujadas); en Italia fumetti (referencia a los bocadillos del cómic que reciben ese nombre); quadrinhos (de cuadros en los que se enmarca la historia) en Portugal; en España (y Latinoamérica) historieta o tebeo (este último heredado de la mítica revista de mismo nombre, TBO y utilizado solo en España), y en Japón manga. De todos ellos hay que decir que probablemente este último es el que ha quedado más diferenciador con respecto a otras geografías no por su procedencia oriental sino por su particularidades técnicas y/o de composición de página (lo cual no quiere decir que el cómic, que así voy a nombrarlo genéricamente a partir de ahora, que se hace en Francia, Italia, España o EE.UU sea tanto o más personal que el facturado en oriente).

Bueno después de estas pequeñas consideraciones sobre nombre y procedencia, vamos a remontarnos a los orígenes del cómic. Como es normal y como pasa en muchas artes como, por ejemplo, el cine (me refiero mucho al cine ya que su nacimiento es casi coetáneo y se podría decir que ambos se han influido mucho a pesar de ser lenguajes diferentes), el comic tiene muchas influencias o precedentes anteriores a lo largo de la historia. Muchos han querido ver en los grabados (sobre todo los caricaturescos o el Ukiyo-e en Japón respecto al manga) o los códices una influencia. Mencionar, referente al Ukiyo-e, que el término manga esta tomado del enorme Hokusai (por el maestro Osamu Tezuka) que designó así una serie de dibujos suyos. En Europa los precedentes claros se encuentran a mitad del siglo XIX con el advenimiento de la sociedad industrial y de los magazines de prensa. En este contexto habría que destacar los grabados (litografías en muchos casos) e ilustraciones para estos medios de Gustave Doré y Honoré Daumier, en los que ridiculizaban a las clases políticas y cuyo estilo grotesco y caricaturesco es precedente tanto del cómic como de las modernas tiras de prensa.

Hasta ahora eran precedentes pero con el advenimiento de la prensa escrita debemos ya hablar de algunos de los padres del cómic moderno. En libros y enciclopedias se suele considerar el inicio del cómic con la publicación del "Yellow Kid" el 16 de febrero de 1896 en el New York Journal por Richard Felton Outcault. Se trataba de la primera vez que se integraba la secuencia de imágenes con el uso de diálogos. Otros padres del cómic que fueron contemporáneos a Outcault fueron George Herriman y Winsor McCain. Ambos se pueden considerar como los que llevaron al cenit el lenguaje del cómic en prensa con sus series "Krazy Kat" de Herriman en 1907 (publicada por el magnate William Randolph Hearst al cual le encantaba) y "Little Nemo" de McCain en 1905 (en el Herald y posteriormente también con Hearst). Estos 2 autores pueden ser considerados los Griffith, Keaton o Chaplin del cómic. Establecieron gran parte de sus pautas e innovaron tanto en el diseño de página como en los encuadres. Además ambas series presentaban unos argumentos increíblemente innovadores para la época.

En Krazy Kat, Herriman desarrollaba un sentido del humor y del gag que le emparentaba con lo absurdo, incluso lo dadaísta. Narraba la historia de una gata, algo ambigua, que sentía pasión por el ratón Ignatz que tenía la costumbre de lanzarle ladrillazos a la cabeza, signo que era tomado por Krazy como señal de amor pero a estos había que sumarle el policía Bill Pupp, enamorado de Krazy pero demasiado tímido para declararse y que intentaba evitar las agresiones de Ignatz.
Mientras, McCain en su Little Nemo hacía un despliegue de técnica grafica e imaginación que le emparentaba con el surrealismo (Nemo era una niño de 6 años que todas las noches al dormir viajaba a Slumberland, país de los sueños).

Después de estos autores vendría el auge de las tiras de prensa con series como "Terry y los piratas" de Milton Caniff, "The Phantom", "Popeye", "Dick Tracy" de Chester Gould, "Tarzán" de Hal Foster, "Flash Gordon" de Alex Raymond, "The Spirit" de Will Eisner, etc.


Así, esto llevará a que aparezcan las primeras compañías de comic books en los años 30; la "Golden Age" en los 40 y 50; personajes como Batman, Superman, Tintin, Astroboy o Zipi y Zape; la "Silver Age"; Marvel y Dc; el cómic underground de los 60 de Robert Crumb, Gilbert Shelton y Art Spielgeman; revistas en los 70 como "Metal Hurlant", "Mad", "2000 AD"; obras como "Watchmen", "Dark Night Returns", "Mort Cinder", "Akira"; "The Sandman" o "Palomar"; etc.



Toda esta evolución llevará, sobretodo, a un medio adulto. Consciente de sí mismo. Un medio rico y diverso, con todo tipo de temáticas y personajes. Con una gran libertad creativa tanto por parte de autores como de editores. Y lo que es más importante con una serie de creadores absolutamente personales, algo propio de cualquier estilo artístico. Gente como Will Eisner, Alex Raymond, Alan Moore, Robert Crumb, Stan Lee, Jack Kirby, Moebius, Frank Miller, Hal Foster, Grant Morrison, Art Spiegelman, Alex Robinson, Alberto Breccia, André Franquin, Hergé, Scott McCloud, Neil Gaiman, Richard Corben, David Mazzuchelli, Bill Sienkiewizc, Joe Matt, Jaime y Beto Hernández, Osamu Tezuka, Katshuhiro Otomo, etc.


Esto ha sido una pequeña y breve introducción. El cómic es un arte tan rico y personal como cualquier otra disciplina. No es cine, no es literatura, no es pintura pero es una expresión artística de nuestro tiempo tan válida como estas. Animaros a descubrirlo.

No querría terminar sin referirme al lastimoso estado de nuestra educación superior en lo que se refiere al estudio de medios de masas (en el que se podría englobar también el cómic) u otras expresiones artísticas "menos" convencionales (como el mismo cómic o el videoarte, por ejemplo). Así mientras en países como EE.UU, Inglaterra o Japón llevan años con asignaturas y estudios sobre estos temas, aquí en España presentamos un evidente retraso. Relegando a figuras como, por ejemplo, José Escobar, Francisco Ibáñez, Iva, Fernando de Felipe, Max, Jan, Jordi Bernet, Carlos Giménez o Carlos Pacheco a un estatus de cultura underground. Un país como el nuestro con una cultura de la historieta tan marcada y rica ("El Capitan Trueno", "TBO", "Zipi y Zape", "Mortadelo y Filemón", "Superlópez", "La Codorniz", "Cimoc", "El Jueves", "Cavall Fort", "El Víbora", "Makinavaja", etc) debería darle a esto toda la importancia que merece.

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